?

PARADORES

Un viaje en busca del vino ''olvidado''

Paradores apuesta en la nueva carta de sus restaurantes por vinos de variedades autóctonas elaborados con uvas en proceso de extinción que están recuperando como la Tempranillo Blanco

María Cáceres

Compartir

Disfrutar de un vino en el Parador de Arcos de la Frontera

Es la bebida de los dioses. Llena las páginas de nuestra literatura acompañando a personajes como el Lazarillo, Sancho, el Tenorio o Max Estrella y conquista a cualquiera que visita nuestro país. El vino, “una de las cosas más civilizadas del mundo y uno de los productos de la naturaleza que han sido elevados a un nivel mayor” como escribió Hemingway, no solo es el complemento para una buena comida sino un símbolo de identidad. Y en España lo tenemos claro.

Por eso, uno de los emblemas turísticos de nuestro país como es Paradores se ha propuesto ir más allá y seguir rindiendo culto al vino apostando en la nueva carta de sus restaurantes, que cuenta en total con un millar de referencias entre vinos premiados, de cercanía o de las zonas más representativas de España, caldos de variedades autóctonas en proceso de extinción.

Uvas “olvidadas” como la Bobal, en Utiel-Requena; la Bruñal, en los Arribes del Duero; la Rufete, en Salamanca; la Tempranillo Blanco, en La Rioja, o la Albillo, en Ribera del Duero, son algunos ejemplos. Una apuesta que se estrena con la Tempranillo Blanco con el Fernández de Piérola 2019, que estará disponible en los restaurantes de Paradores desde el 15 de junio y que se irá ampliando cada año.

Cata en el Parador de Cambados

De este modo, Paradores no solo pretende rescatar esas uvas autóctonas y esos vinos perdidos sino también ayudar a la recuperación de las zonas en las que se enclava dentro de su compromiso por la sostenibilidad y los productos de cercanía. Precisamente, y para dar visibilidad a las diferentes zonas vitivinícolas y apoyar a los productores locales, cada Parador incluirá en su carta una selección de vinos locales, regionales o de áreas de influencia próximas que irán cambiando de forma periódica para que los amantes del enoturismo puedan conocer la oferta vinícola del entorno.

Y más allá de esos caldos locales, también se podrán degustar vinos que son representativos de las principales zonas vitícolas de España. Entre las referencias seleccionadas, todas muy gastronómicas, se encuentran vinos blancos de Rías Baixas, Rueda, Somontano o un Rioja con crianza sobre lías; un rosado de Cigales; tintos jóvenes o roble de Ribera del Duero, Rioja y Jumilla; un vino de Pago de Utiel Requena; crianzas de Toro, así como de Rioja, Ribera del Duero y Navarra, tres denominaciones de origen, estas últimas, de las que también se han elegido reservas. La bodega se completa con vinos de pago de las dos Castillas, cavas y vinos espumosos riojanos y manchegos sin D.O. 

Más de un millar de referencias entre vinos recuperados, locales o premiados conforman la nueva carta de Paradores

También se mantienen en la carta el tradicional Vino de la Casa, que todos los Paradores ofrecen y que este año es el Cantos de Valpiedra Crianza 2016, un tempranillo de la D.O.Ca Rioja, y la Selección de Paradores, que trimestralmente recomienda a sus comensales tres vinos (un blanco, un tinto y, en función de la época del año, un rosado o un cava o espumoso) escogidos con mimo por un comité de cata de la cadena.

Pero los seguidores de Baco tienen mucho más que encontrar como los vinos nacionales más premiados con medallas de oro o plata en concursos de todo el mundo. Este año (se irá renovando la recomendación anualmente) se inaugura esta laureada referencia con el Balancines Gold Crianza 2017, un vino de la DO Ribera del Guadiana galardonado en 2019 en el certamen de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OVI) de Berlín.

Un brindis para disfrutar del entorno mágico del Parador de Alarcón

Recuperar la tradición del aperitivo

Otro de los objetivos de la nueva carta es recuperar una tradición tan nuestra como es el aperitivo en el restaurante antes de la comida. Para impulsarlo otra de las novedades es que los clientes encontrarán en cada Parador un vermú local. “Es un producto tradicional que se está recuperando y que se elabora ya en todas las regiones de España, con ejemplos sorprendentes, y que se identifica mucho con nuestra cultura gastronómica del aperitivo y el tapeo”, argumenta Rosa Díaz, jefa de Restauración de Paradores.

``Hay uvas casi extinguidas o poco conocidas que hay que recuperar``

Parador de Tortosa

“Pretendemos dar a conocer al cliente la diversidad y variedad de zonas vitivinícolas y de vinos de nuestro país, que tenemos una riqueza tremenda. E invitarle a disfrutar no solo de los vinos elaborados donde está enclavado el Parador, sino que descubra vinos de otras zonas, conozca vinos premiados y sensibilizarle con que, ahora que está tan de moda el territorio, hay uvas autóctonas casi extinguidas o muy poco conocidas que tenemos que recuperar”, explica Rosa Díaz.

Esos son los pilares de la nueva bodega de Paradores, que incorporará en primer lugar un Fernández de Piérola 2019, un rioja monovarietal de Tempranillo Blanco, uva nacida en 1988 en un pequeño pueblo de La Rioja como resultado de una mutación genética espontánea. Para conseguir recuperar vinos como este, Paradores va a realizar licitaciones anuales para incluir en su Dirección de Restauración nuevas referencias que se irán cambiando bajo el objetivo de ir desgranando este singular panorama vinícola presentando en todos sus restaurantes un par de ellas cada ejercicio. 

Compartir

Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Paradores. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.