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Mi familia no sabe a lo que me dedico

TELEFÓNICA TECH

Estas personas están cambiando el mundo (aunque no sepas a qué se dedican)

Tres personas con perfiles digitales nos cuentan su trabajo en Telefónica Tech y ASTI, tecnológicas que ayudan a las empresas a transformarse para ser más competitivas

Ciberseguridad, Cloud, IoT, Big Data, Inteligencia Artificial, Blockchain… Lo que para muchos son ‘palabros’ ininteligibles, para otros son una herramienta de trabajo. Pero para ambos, tanto para los que conocen su significado como para los que no, suponen una revolución en su día a día. Porque estamos siendo testigos de cómo la tecnología transforma el mundo que conocemos. Lo hace en nuestra forma de vivir y en nuestra manera de trabajar. Y esto supone una gran oportunidad para personas y empresas que también entraña bastantes retos. Para ayudar en esa transformación, empresas como Telefónica Tech acompañan con soluciones tecnológicas a negocios con el objetivo de crecer, mejorar y seguir siendo competitivos, poniendo en el centro a las personas. Porque tenemos la oportunidad de usar la tecnología para cambiar el mundo. Y nuestros protagonistas tienen la posibilidad de hacerlo cada día, poco a poco. Aunque muchos a su alrededor no sepan a qué se dedican.

Andrés Escribano

Director de Nuevos Negocios e Industria 4.0. en Telefónica Tech

“Ya no vale con saber solo una cosa. Hay que asumir la tecnología cuanto antes”

De niño quiso ser jugador de baloncesto. También astronauta. Pero Andrés Escribano (Madrid, 1970) acabó dedicándose a una profesión que no todos a su alrededor acaban de entender. “Mis padres pensaban que la informática era magia”, dice. Algo “intangible, incomprensible y que hacía cosas” que él se encarga de transformar en palpable en su puesto de trabajo: Director de Nuevos Negocios e Industria 4.0 en Telefónica Tech. Licenciado en Computación en la Universidad Politécnica de Madrid, estudió la carrera a la vez que trabajaba en Airbus y no se le olvida la primera vez que entró en la sala donde tenían los primeros computadores de alta capacidad: «Sentí que tocaba el Santo Grial». Después dio el salto a Telefónica, donde ha tenido la oportunidad de vivir los despliegues de 3G en Europa y desarrollar varios proyectos en Latinoamérica.

Ahora, en Telefónica Tech, se dedica a arrancar nuevos negocios e Industria 4.0. A ayudar a las empresas a crecer, por un lado, y a todo lo que tenga que ver con el Internet de las Cosas y Analítica, por otro: blockchain, drones, analítica deportiva, soluciones de agricultura, big data… ¿Algún caso práctico? Uno de sus favoritos, “el cambio de mentalidad que se ha dado en la agricultura” a través, por ejemplo, del análisis mediante algoritmos de los cultivos y la posibilidad de gestionar las cosechas en remoto. “En este caso, proporcionamos a los agricultores una mayor productividad y calidad de vida”, explica. Con los drones es capaz de proporcionar a las empresas recursos para acceder a zonas complicadas, “minimizando riesgos personales y aportando información valiosísima” que de otro modo no podrían conseguir.

Andrés Escribano sintió curiosidad por la tecnología desde bien pequeño.

Y es que si algo tiene la tecnología es su impacto positivo en la sociedad. “Me encanta el reto de lo nuevo y todo lo que esté relacionado con ayudar a las personas. Hay que intentar que lo que hacemos deje huella en mejorar el entorno y que la tecnología sirva para mejorar la vida de la gente”, dice, al tiempo que anima a empresas y personas a deshacerse de miedos: “Uno de los principales problemas que tenemos con la tecnología no viene con el miedo a la tecnología en sí misma, sino con el miedo a la gestión del cambio. Las personas más flexibles a la hora de asumir los cambios interiorizan mucho más rápido la tecnología”.

¿A ese niño que desmontaba trastos y juguetes para saber cómo funcionaban y que montó su propio ordenador a los 14 años con su padre – “fue una aventura para los dos. Yo estaba lleno de nervios”- le costará entender las profesiones del futuro como ahora a sus padres les cuesta entender la de él? “Algunos harán cosas similares a las de ahora, pero muchos tendrán perfiles completamente diferentes”, contesta. “Si algo tengo claro es que las carreras tradicionales se van a mezclar con las tecnológicas que vayan apareciendo”, sigue. Desde abogados que trabajan con blockchain hasta médicos que trabajan con datos, pasando por ingenieros industriales que integran soluciones de Inteligencia Arficial… “Ya no vale con saber solo una cosa. Hay que asumir la tecnología cuanto antes y sacarle el lado positivo. Nos va a ayudar a evolucionar ya no solo como país o como empresa, sino como persona”.

Lorena Gil

Directora de Transformación Digital de ASTI

“La tecnología no busca sustituir a las personas, sino que su trabajo sea más fácil”

Desmontar la calculadora o el reloj digital para ver cómo eran por dentro era uno de los pasatiempos de Lorena Gil (Burgos, 1984) en su infancia. También disfrutaba ayudando a su padre con las primeras versiones de Excel y Access. El día de su primera comunión le regalaron su primer ordenador y desde entonces su vida ha estado ligada a ellos. “Creo que ese primer ordenador marcó mi futuro y me animé a estudiar Ingeniería Informática, una de las mejores decisiones en mi vida”, cuenta. Y eso que decidirse entre Ingeniería Informática o Industrial fue casi como tirar una moneda al aire. “En mi época no había referentes y era muy complicado escoger carrera, pero me enamoré de ella el primer año”, recuerda.

Tras licenciarse, hizo una beca en el departamento de Ingeniería Informática de la Universidad de Burgos, pasó por Caja de Burgos (“Yo siempre he sido muy de mi tierra”, reconoce) desarrollando apps para el sector financiero y justo después ASTI apareció en su vida, “una joya” que le ha permitido aunar sus dos pasiones: la ingeniería informática y la industrial. Al principio en desarrollo de software y luego en transformación digital, ahora asume la dirección de ese departamento que lleva a cabo proyectos “apasionantes” con el objetivo de ayudar a la propia empresa y a sus clientes a optimizar su competitividad y flexibilidad, entre otros.

Lorena Gil aún guarda su primera enciclopedia digital. Vino de regalo junto al ordenador que le regalaron por su primera comunión.

“En una fábrica, por ejemplo, el objetivo es automatizar los procesos y que los empleados tengan un dispositivo móvil para que haya una trazabilidad digital. Así se produce un ahorro de papel para un menor impacto económico y medioambiental y, por supuesto, también de tiempo”, explica. El desarrollo de robots industriales es otro de sus proyectos. “Son como una roomba gigante que se mueve dentro de las fábricas para transportar material de un punto a otro”. El objetivo: que las tareas repetitivas que no aportan demasiado valor a las empresas las asuman las máquinas y las personas puedan dedicarse a tareas más especializadas. “La tecnología no busca sustituir a las personas, sino que su trabajo sea más fácil. La clave está en saber trabajar con la digitalización y con las personas, y ese es el gran reto de este siglo”, declara.

Que la tecnología no nos va a quitar trabajo en el futuro sino que los perfiles demandados van a variar de forma drástica es una realidad. No hay que temer a la tecnología. Al contrario: hay que abrazarla, entenderla y utilizarla en nuestro favor. “No se puede frenar el cambio. Estamos inmersos en una revolución industrial que es un tren de alta velocidad: como lo pierdas, no podrás ser competitivo”, avisa. Y esto es algo, dice, que se debe fomentar desde las instituciones. “Con mi madre me pasó una cosa curiosa cuando vio en el telediario que el Gobierno había creado una Secretaría de Estado de Digitalización. Le ayudó a entender un poco más lo que hacía”, recuerda. “La mayoría de la gente se piensa que arreglas ordenadores”, sonríe, pero espera que de un tiempo a esta parte las vocaciones STEAM estén mucho más instauradas en la sociedad. “Hay salidas muy bonitas y esta va a ser una revolución preciosa de ver”, afirma. “Muchas veces se habla de conceptos que parecen de ciencia ficción, pero para nada es así, están en nuestro día a día y solo hay que tener un poco de paciencia para que los apasionados de la tecnología sepamos transmitirlo”, dice. De hecho, si a Lorena hay algo que le gusta casi más que la tecnología, es divulgarla. “Entender a las máquinas es genial, pero que la gente vea lo que se puede conseguir con ellas me gusta mucho más”. Misión cumplida.

Borja Gómez

Responsable de Movilidad y Soluciones de Medición en Teléfonica Tech

“Que los servicios sirvan para mejorar la vida de la gente es clave”

Pedro y Juan, de 3 y 5 años, aún son muy pequeños para entender a lo que se dedica su padre, pero si algo saben es que trabaja delante de un ordenador y que hace videollamadas. Muchas videollamadas. “Al pequeño le gusta ir a saludar cuando me ve conectado y el mayor sabe que tiene que hacer poco ruido si anda por allí”, se ríe Borja Gómez (Madrid, 1981). Responsable de Movilidad y Soluciones de Medición en Teléfonica Tech, descubrió su pasión por la tecnología con pocos años más de los que ahora tienen sus hijos. Primero fueron los ordenadores spectrum y los juegos ski, y ya en BUP vivió con suma curiosidad la aparición de Internet. “Recuerdo ir a la sala de ordenadores a conectarnos a las primeras webs. No imaginábamos el potencial que tenía todo aquello y en lo que hoy se ha convertido el mundo digital”, confiesa.

La tecnología le atraía, pero, sobre todo, lo que se podía extraer de ella para mejorar la vida de la gente. Por eso estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid y, tras ser becario en un equipo en el que hacía sistemas de telemetría y telemática para Fórmula 1, empezó su carrera laboral en consultoría estratégica. Después, saltó a Telefónica Tech, en concreto, a la rama que tiene que ver con las tecnologías de Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial. “Me dedico a buscar productos top que han desarrollado otros en cualquier esquina del mundo o a crear productos aprovechando las capacidades de Telefónica y Telefónica Tech en concreto”, resume.

Así ven los hijos y mujer de Borja Gómez su trabajo.

Su día a día está muy enfocado a la sostenibilidad y a la seguridad en los ámbitos de coche conectado y energía. “A través del Internet de las Cosas conseguimos que los vehículos sean más seguros. Si un coche está conectado gracias a la conectividad 5G, un coche puede avisar a otro de que hay una colisión más adelante y evitar un accidente”. Y ese es solo un ejemplo. “Lo bueno de estas tecnologías es que sirven para mejorar la vida de las personas. No se trata de conectar por conectar”, indica.

Otro de los ámbitos a los que se dedica es al Smart Metering o medición inteligente del consumo eléctrico. “Si conectamos un contador de agua o la propia red de distribución de agua, podemos detectar fugas y cuidar de un bien escaso como es el agua”, ejemplifica. “Trabajamos para que una empresa sea más eficiente, que haga más por menos, que sea más sostenible, que los trabajadores estén más seguros o que esa empresa tenga nuevas zonas de negocio. Y, para mí, que estos servicios sirvan para mejorar la vida de la gente es clave”, reconoce. “Además, no solo es el qué sino con quién. En Telefónica Tech el espíritu de colaboración entre áreas es muy fuerte y eso motiva mucho para seguir creciendo”, culmina.