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ESTRELLA GALICIA

Pancracio, una vida de resistencia por el oficio de hacer sonreír

Con su inspirador ejemplo, Fernando Álvarez mantiene vivo el legado del Circo de los Muchachos y la magia del humor como medicina. Sus vivencias forman parte de la iniciativa Historias de Resistencia puesta en marcha por Estrella Galicia, que rinde tributo a personas luchadoras que son ejemplo de autenticidad y perseverancia, de inconformismo y de pasión por lo que hacen.

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Ana López-Varela

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Cuenta que nació con el don de ser payaso y ese se convirtió en su primer y único sueño de infancia. Fernando Álvarez lo tuvo claro desde los cinco años y a los siete, coincidiendo con la visita del Circo de los Muchachos a su ciudad natal, Jerez de la Frontera, tomó las riendas de su destino. Cuando siendo tan pequeño se propuso ganarse la vida haciendo reír, su familia –de orígenes humildes y sin conexión con la tradición circense– no acababa de entender esa pasión por un oficio que se les antojaba tan lejano. Él tampoco sabía entonces que el circo sería su salvación pero hoy, con 64 años, lo afirma orgulloso. La suerte fue que sus padres se lo permitieran y el circo accediera a llevarle con él.

Así, Fernando creció a las afueras de Ourense, en una finca llamada Benposta, un oasis democrático en medio del universo franquista reinante, una ciudad gobernada por niños y fundada en la década de los 60 por el sacerdote Jesús Silva Méndez. La Ciudad de los Muchachos fue la primera escuela circense de España y se convirtió en un fenómeno similar al Circo del Sol de nuestros días, con música rock en directo y especial gusto por los números gimnásticos. Allí, ya convertido en el Payaso Pancracio, Fernando Álvarez descubrió que el humor sería su manera de ayudar a los demás. “La risa es una forma de vida, de resistencia, y sin la risa no puedes vivir. En la vida tienes que caer diez mil veces para poder levantarte y un payaso que no se cae no es un payaso”, asegura.

Fernando Álvarez dando vida al payaso Pancracio.

«La risa es una forma de vida, de resistencia. Sin risa no puedes vivir»

Fernando Álvarez

Los artistas del Circo de los Muchachos fueron de los primeros españoles en salir en la portada del Paris Match y en actuar en sitios tan emblemáticos como el neoyorquino Madison Square Garden. Dieron la vuelta al mundo –con paradas en 85 países– siendo recibidos por reyes, presidentes y emperadores. Pero pese a lo que pueda parecer por su calado en la sociedad no fue un camino fácil para Fernando. Fue, tal y como recuerda, un recorrido de muchos ensayos, esfuerzo y lágrimas pero también de toneladas de cariño e ilusión. Para él, “el éxito del Circo de los Muchachos se explica por el amor y la fraternidad entre los niños”.

Fue una utopía en una época de dictadura muy complicada que le permitió ser quien es hoy. De hecho, él es de los pocos que siguió con ese sueño, ya que el 80% de sus entonces compañeros cambiaron de profesión. En este sentido, Fernando es un ejemplo de resiliencia dentro de un proyecto que dio la vuelta al mundo. “El Circo de los Muchachos es un símbolo de libertad, de esfuerzo y, hoy mas que nunca, de resistencia”, asegura Manilo Doñoro, que formó parte del circo en sus inicios desde que tenía 12 años y hoy es director del museo que preserva su memoria. El Payaso Pancracio, con su inspirador ejemplo, también mantiene vivo el legado de Benposta. Fernando cree que el circo está en peligro de extinción y “podría desaparecer en 10 años», por eso cree que la solución pasa por “la creación de una escuela que mezcle circo con teatro y baile”.

A día de hoy, Fernando sigue investigando sobre la risa y sobre sí mismo en París donde vive con sus dos hijos y su mujer. A ella la conoció cuando era tan sólo una niña y lo iba a ver al Grand Palais. Hoy viven juntos frente a la Torre Eiffel, donde el Payaso Pancracio continúa trabajando y viviendo de su sueño, ejerciendo en solitario, ofreciendo formaciones de clown como terapia, y ultimando un proyecto que pronto llevará a cabo enfocado a chicos con autismo.

Historias de Resistencia

Su historia forma parte de las vivencias reseñadas en la iniciativa Historias de Resistencia puesta en marcha por Estrella Galicia, que tiene como objetivo homenajear a personas luchadoras cuyas profesiones resisten a pesar del paso del tiempo y son un ejemplo de perseverancia, pasión, inconformismo y autenticidad, valores comunes al espíritu de Estrella Galicia. Todas estas historias pueden verse en su web estrellagalicia.es.

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Historias como la de Anuska –que en plena pandemia Covid retomó su trabajo como enfermera en urgencias– y Rafa, propietarios del Bar Chaflán ubicado en el barrio de Os Mallos (A Coruña), quienes gracias a una colecta popular consiguieron recaudar el dinero que necesitaba Abdou, un vendedor ambulante amigo de la familia, para acudir a Senegal a enterrar a su madre; la historia de la empresa familiar Capas Seseña, un negocio centenario –abrió sus puertas en el centro de Madrid en 1901– que ha conseguido sobrevivir al paso de los años y las modas llevando sus creaciones por todo el mundo y que ha vestido a personalidades como Picasso, Luis Buñuel, Hemingway, Gary Cooper, Federico Fellini, Hilary Clinton, Bruce Springsteen o los Reyes de España; la experiencia del artista Alejandro Guillán –primero bajo el pseudónimo Álex Casanova y actualmente como Baiuca–, que fusiona las canciones populares gallegas con electrónica para acercarlas a los más jóvenes con el objetivo de garantizar la supervivencia de la cultura gallega; o el enfermero pianista Carlos Blasco, que a sus 25 años ha conseguido dar rienda suelta a sus dos pasiones, la enfermería y la música. Así, ha publicado con éxito un libro sobre enfermería y ha puesto música además al anuncio de Estrella Galicia.

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