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Cómo lograr que las pymes puedan contribuir a descarbonizar el planeta

Establecer objetivos para reducir las emisiones también ayuda a las empresas a ahorrar dinero, aumentar la confianza de los inversores y estimular la innovación y la competitividad

Ana López-Varela

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 Pudiera parecer que es cosa de las grandes corporaciones pero reducir las emisiones de gases invernadero, fundamentalmente de dióxido de carbono, es labor de todos. Conseguir la neutralidad de CO2, principal causante del calentamiento global, se ha convertido en prioritario para las administraciones, las empresas y la sociedad en general. Y en ese escenario, en el que proteger el medioambiente es una necesidad, las pequeñas y medianas empresas (pymes) y los autónomos son esenciales para lograr la meta fijada en 2015 por el Acuerdo de París. 

Un triple objetivo consistente en limitar el aumento medio de la temperatura global a 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, redoblar esfuerzos para no superar la cota de 1,5º a final de este siglo y alcanzar la neutralidad climática en 2050. O lo que es lo mismo que la cantidad de CO2 liberado a la atmósfera por la actividad humana sea equivalente a la absorbida por sumideros naturales como los bosques.

Pero para colaborar en ese proceso de descarbonización del planeta, impulsar la sostenibilidad y ser más competitivas, las pymes requieren de soluciones que les ayuden en su transición ecológica. Para afrontar ese reto, el primer paso ha de ser medir su huella de carbono con el fin de detectar aquellos procesos que tienen un mayor impacto en el clima. Entre las diferentes herramientas para definir las emisiones de la compañía, bautizadas como calculadoras de carbono, destacan algunas como la de Carbon Trust o la de Doconomy.

En España, entidades financieras como BBVA facilitan a las empresas y particulares el que puedan conocer la cantidad de gases de efecto invernadero que emiten a la atmósfera con su actividad diaria para la adopción de medidas para reducirla. Aunque, siendo justos, lo cierto es que una buena parte de las emisiones de las pymes no dependen de ellas mismas si no que proceden de su cadena de suministro. Por ello, puntos a tener en cuenta son la logística, los medios de transporte que utilizan, su eficiencia energéticas y las compras de electricidad…

Las propias Naciones Unidas han hecho un llamamiento a las empresas para que se unan al movimiento 1,5 ºC Supply Chain Leaders. Cualquier compañía, independientemente de su tamaño y sector, puede hacerlo siempre y cuando se comprometa a fijar unas metas para reducir su impacto negativo en la Tierra. De momento más de 600 empresas de diferentes países del mundo ya lo han hecho.

Para las pequeñas y medianas empresas, destacan iniciativas como PYMES Climate Hub, fundada por We Mean Business Coalition, Exponential Roadmap Initiative, la Cámara de Comercio Internacional y las Naciones Unidas –a través de la campaña Race to Zero– en colaboración de la Universidad de Oxford y Normative que busca es dar apoyo a las pymes y servirles de guía para que su actividad se adapte de forma sostenible.

En la actualidad ya lo usan más de 2.200 pymes –de sectores clave como el comercio minorista, la energía o la agricultura– de casi 80 países de todos los continentes. Entre las herramientas que se ofrecen a las pymes están las calculadoras de la huella de carbono, guías de acceso a financiación para proyectos de eficiencia energética o recomendaciones sobre cómo dar a conocer a la sociedad su compromiso con el clima y ser motores del cambio.

Según los expertos, que las pymes inicien la descarbonización es importante por su propia supervivencia: su capacidad de contribuir a reducir la huella de carbono de la cadena de valor va a ser un factor de competitividad y elegibilidad clave en el mercado. En cualquier caso, establecer medidas para disminuir las emisiones de CO2 conlleva muchas ventajas para las empresas más allá de reducir los efectos del cambio climático como pueden ser ahorrar costes con actuaciones sencillas y amortizables a corto plazo; ser más competitivas; aumentar la confianza de los inversores y mejorar su imagen de compromiso con la sostenibilidad.

El papel de la banca es fundamental como financiador de todos los sectores productivos y por tanto la influencia que, mediante dicha financiación, puede ejercer en el comportamiento de sus clientes y en su desempeño medioambiental es vital. Para las pymes los bancos serán grandes aliados ya que apostar por la sostenibilidad requiere, además del compromiso medioambiental, implementar medidas e inversiones verdes. Una vez calculada la huella de carbono, las pymes deberían explorar líneas de negocio más sostenibles e incorporar mejoras a su actividad para su descarbonización. 

BBVA ofrece herramientas de financiación que permiten que la apuesta por la sostenibilidad sea rentable, a la vez que contribuye al cuidado del medio ambiente

Hoy por hoy, el principal freno para las pymes es pensar que la sostenibilidad es una decisión cara, cuando es una decisión inteligente y a futuro. El papel de las entidades financieras va más allá de ofrecer fondos, la formación y el asesoramiento son claves para impulsar este cambio. BBVA, sirviendo de ejemplo de nuevo, aporta soluciones a las empresas que requieran financiación para su transición en los diferentes países donde opera.

Así, para impulsar la movilidad sostenible, en España ofrece soluciones innovadoras para impulsar la electrificación y ahorrar costes, fomentando la compra de coches eléctricos o híbridos, así como autobuses, furgonetas industriales y motos de bajas emisiones para el desarrollo de su actividad empresarial. La entidad también dispone de una opción de renting de vehículos y de puntos de recarga para la modalidad eléctrica. En México y Colombia facilita financiación para la instalación de paneles solares para el autoconsumo, y en Argentina cuenta con los Préstamos Verdes, certificados como sostenibles y destinados a transportes limpios, energías renovables, eficiencia energética; prevención de la contaminación; generación de empleo sustentable; seguridad alimentaria; emprendimientos de inclusión financiera…

Otro ejemplo es su labor para ayudar e impulsar la producción ecológica en España, donde BBVA cuenta con el primer préstamo del mercado de conversión ecológica, para que los productores puedan cubrir las necesidades que surgen durante el proceso, con unas condiciones adaptadas a cada explotación. En Argentina, Colombia, y México ofrecen préstamos y soluciones de leasing y renting a pymes para equipamiento, ya sea para activos como tractores, maquinaria de precisión o sistemas de riego eficientes o para prácticas como la siembra directa.

En abril de este año BBVA anunció el compromiso Net Zero 2050 (cero emisiones netas en 2050) teniendo en cuenta tanto las emisiones directas como indirectas, incluyendo entre estas últimas las de los clientes que reciben su financiación. También en 2021 ha publicado su compromiso de reducir a cero la exposición a actividades relacionadas con el carbón, dejando de financiar a empresas en esas actividades, antes de 2030 en los países desarrollados y antes de 2040 en el resto de países en los que el banco está presente. Una decisión alineada con la propuesta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). 

Y dando un paso más ha fijado objetivos intermedios para descarbonizar su cartera en cuatro industrias intensivas en emisiones de CO2. Entre 2020 y 2030 reducirán la intensidad de carbono de su cartera crediticia en un 52% en generación eléctrica; un 46% en la fabricación de automóviles; un 23% en la producción del acero; y un 17% en la producción de cemento. Estos sectores, junto al carbón, representan el 60% de las emisiones de CO2 mundiales. Y siguen trabajando para fijar el resto de compromisos y objetivos de alineamiento para los sectores definidos en la Guía para la fijación de objetivos de la Net Zero Banking Alliance: petróleo y gas; aluminio; sector inmobiliario; transporte y agricultura.

Su apuesta por la sostenibilidad ha convertido a BBVA en referente mundial como impulsor de la financiación verde. De los más de 20.000 millones de euros que el banco destinó en 2020 en todo el mundo a actividades, infraestructuras y agroindustria sostenible, así como a emprendimiento e inclusión financiera, el 42% se movilizaron en España. La entidad movilizó más de 8.500 millones de euros para financiar proyectos sostenibles en nuestro país durante el pasado año.

La idea es acompañar y ayudar a sus clientes a transitar hacia un mundo más sostenible. Para ello, ha situado la sostenibilidad en el centro de su negocio y es una de sus seis prioridades estratégicas, con un doble foco: acción climática y crecimiento inclusivo. En el marco de su Compromiso 2025, BBVA canalizará 200.000 millones de euros entre 2018 y 2025 en financiación sostenible, doblando la cantidad establecida en el objetivo inicial –a septiembre de 2021 ya se han canalizado más de 75.000 millones de euros–.

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Este publirreportaje ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con BBVA. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.