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30 años de ‘Lo que el ojo no ve’: un repaso en vídeos a través de ElClásico

La mítica sección de ‘El Día Después’, programa de Movistar+, cumple tres décadas en antena dejándonos momentos para el recuerdo. El periodista Raúl Ruiz hace un repaso por ellos como previa del FC Barcelona-Real Madrid de este sábado

Dani Panero

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ElClásico de LaLiga Santander entre FC Barcelona y Real Madrid detendrá una vez más el planeta fútbol. Millones de espectadores, cientos de cámaras, nervios y un espía dispuesto a ofrecer hasta el más mínimo detalle del encuentro. Lo que el ojo no ve, la sección más desenfadada del programa El Día Después de Movistar+, cumple treinta años y el duelo entre los dos colosos de LaLiga siempre ha sido una de sus citas más importantes. 

“Lo de ElClásico es increíble, lo siguen en cada rincón del mundo. Aunque no seas ni del Madrid ni del Barça es el partido que todo el mundo quiere ver, el gran acontecimiento”, asegura Raúl Ruiz, una de las caras con más solera en El Día Después y protagonista durante muchos años de otra manera de ver ElClásico. “Parte del programa era saber dónde iba a ir Raúl a ver el partido”, admite. 

Y es que si había un momento en el que El Día Después ganaba en expectación ese era sin duda el duelo entre los azulgranas y el conjunto blanco. Las semanas previas al choque los colaboradores del programa trataban de recabar información sobre partidos históricos, protagonistas y, cómo no, buscaban una manera peculiar de hacer un seguimiento original para Lo que el ojo no ve. Ahí entraba Raúl Ruiz, un especialista en llegar a los lugares más inhóspitos y demostrar que allí la pasión también se disparaba. “Mis clásicos han sido fuera del estadio”, asegura.

Como protagonista de la sección ha seguido el encuentro desde Marruecos, Guatemala, la cárcel, un portaaviones o incluso un submarino, sitios, todos ellos, que tenían en común la pasión por LaLiga. “En Marruecos, por ejemplo, la gente dejaba dos horas antes del partido las llaves de casa y el móvil para reservar sitio porque eso se llenaba, era tremendo”, confiesa. 

Otro de los sitios que Raúl Ruiz recuerda con más cariño fue un portaaeronaves en Lisboa porque era un lugar en el que se reflejaba muy bien la sociedad. “El barco va por plantas. Abajo van los marineros o soldados, que lo veían todos juntos con mucha pasión; subías y están los suboficiales, que ya son menos y más prudentes; y llegabas a los altos mandos, que eran pocos y muy comedidos”, afirma.

En el submarino Raúl Ruiz vivió situaciones curiosas. Tuvo que llamar a un técnico para que instalara Canal + porque allí no llegaba la señal y durante el partido se llevó un susto cuando se abrió la escotilla y tuvo que salir un marinero a cerrarla. “Era un submarino un poco de aquella manera. Era viejito. Se llamaba El Delfín y años después lo compró el ayuntamiento de Torrevieja. A día de hoy se puede visitar”, asegura.

‘Lo que el ojo no ve’, un clásico de la televisión

La historia de Raúl Ruiz es la de alguien que ha saltado de los terrenos de juego a los platós gracias a la sección de Lo que el ojo no ve. En 1996 Michael Robinson le dejó una videocámara para que grabara por dentro lo que se cocía en los vestuarios de los equipos y la facilidad del futbolista le sorprendió. “Yo iba a divertirme, con mis compañeros y haciendo comentarios. Estaba encantado”, asegura.

“La gente se siente identificada con lo que ve. Ese es uno de los motivos por los que la sección ha tenido tanta continuidad”

Raúl Ruiz

Así fue como Raúl Ruiz, por entonces futbolista del CD Numancia, entró en una sección que ya había logrado dar amplitud al fútbol varios años atrás al hacer algo tan novedoso como girar la cámara y reflejar todos los detalles que engloban la experiencia del choque. “Era algo que no se había hecho nunca. Nos demostraba que el fútbol no es solo lo que pasa en el terreno de juego, es todo, casi más incluso lo que pasa alrededor. Era muy curioso. Michael siempre decía que te puedes reír con la gente, pero nunca de la gente. Hay que ser muy respetuoso”, reconoce Raúl Ruiz al ser preguntado por la buena acogida que tuvo la sección desde sus inicios hasta la actualidad.

Con esa máxima, la videocámara y tantas cintas como cabían en la mochila, los reporteros de El Día Después comenzaron Lo que el ojo no ve en 1990. Para entonces la tecnología no era la de la actualidad y conseguir momentos curiosos en los partidos era todavía más complejo. “Michael decía que teníamos que tener iniciativa y tirar tiros al aire, era el ideólogo de todo. Un tiro al aire era arriesgar. Igual está jugando Ronaldo pero en vez de seguirle a él hemos visto una señora que cada vez que hay una ocasión hace algo diferente. Oteabas el horizonte y lo que veías raro o curioso decidías grabar ahí. Muchas veces no pasa nada, pero en otras te sorprende”, asegura Raúl Ruiz. 

La sección cuajó desde el primer momento y poco a poco se fue ganando un espacio en el programa y en el hogar de millones de españoles. Las imágenes de los aficionados o las conversaciones de los futbolistas mezclaban a la perfección con el humor y la naturalidad de colaboradores como Michael Robinson, Joaquín Ramos Marcos o Maldini. “La clave es que la gente se siente muchas veces identificada con lo que ve. Ese es uno de los motivos por los que la sección ha tenido tanta continuidad”, asegura Raúl Ruiz.

Lo que el ojo no ve en la actualidad

La sección ha llegado con mucha vida hasta la actualidad y el paso del tiempo ha dado luz al aterrizaje de nuevos colaboradores. El último en sumarse ha sido Raúl Pérez, un prestigioso humorista que ha heredado la sección de Lo que el ojo no ve y que trata de mantener el idilio con los aficionados a través de carcajadas. “Es un imitador sobresaliente. Es diferente porque hace el ‘ojo’ pero mete además un granito de arena en cuanto al humor. Nosotros solo dábamos paso a la imagen, mientras que ahora además tienes a Raúl, que es un crack”, admite un Raúl Ruiz optimista en cuanto al futuro.

La situación actual va a permitir a Lo que el ojo no ve llegar hasta las conversaciones de los árbitros, jugadores y técnicos con mucha más facilidad. Raúl Ruiz ve un “filón” para esta temporada en este aspecto y considera que es algo “interesante como espectador”. Tanto es así que la sección ha intentado en varias ocasiones llevar a alguien especialista en la lectura de labios al programa para llegar a traducir lo que estaba pasando en el terreno de juego. “Ahora nos toca vivir esto y con el estadio vacío eso lo puedes aprovechar al máximo. Yo creo que el aficionado siempre va a encontrar cosas que le van a sorprender y que una sonrisa puede servir como terapia”, confiesa. Una sonrisa terapéutica que este lunes, en el próximo programa de El Día Después, viviremos con ElClásico como gran protagonista.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con LaLiga. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.